Ella... Sí, ella. Aquella tarde de verano, un reencuentro inesperado, casual, oportuno; sí, es ella. Mi mejor jugada, rápida, segura, convencido, persuasivo y feliz... Allí mismo, casi al instante, frente a frente, con jugo de frutas y postre de por medio, todo comenzó. Ella, sin saberlo, ya la elegí incluso antes de esa tarde.
Con ella y por ella, he caminado por cada rincón posible, aquí y allá, nunca sin ella. El camino desde este punto no siempre fue un vergel, pero con ella siempre será una ruta segura, esperanzadora, que ilumina y alumbra a los nuestros. Ella, el amor de mi vida, no la encontré; me fue dado como premio mayor. Gracias a ella y con ella, soy el hombre en el que me convertí. ¡Feliz aniversario, Maga de mi vida! 💛
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